
Servir al Señor como misionero es más que una asignación: es una oportunidad divina de participar en la obra más importante sobre la tierra.
Cada testimonio compartido, cada corazón tocado, forma parte del milagro de reunir a los hijos de Dios.
Prepárate para participar de esta obra durante la Semana Misional. ¡Espérala!